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Te invitamos a participar en una de nuestras actividades en el voluntariado para la  repoblación forestal  en el entorno rural del ayuntamiento de Curtis. 
 

Comenzaremos con la aportación de árboles para su cultivo en espacios deforestados del municipio. 

Daremos el primer paso en nuestra parcela, con la plantación de algunas  especies. 

Será el comienzo de la restauración sostenible que  realizaremos en la finca y en la construcción que en ella existe.

Reverdeceremos todo su terreno,creando jardines y plantando árboles nativos. Fusionaremos la vegetación y la arquitectura de una forma natural. 

Transformaremos una construcción enferma en una casa de hospedaje rural cosntruida aplicando criterios de bioconstrucción y  sostenibilidad, siempre que sea posible.

Realizaremos charlas, talleres y actividades de crecimiento y desarrollo personal o empresarial.

Instalaremos un domo geodésico, dentro del cual realizaremos distintos tipos de actividades de conexión interior.

Esta será nuestra propuesta  para conectar a las personas entre ellas, con la naturaleza y consigo mismas, aportando nuestro granito para la mejora del medio ambiente a través de nuestro proyecto"Perto do ceo " .








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Bosques encantados de Galicia


Galicia es una tierra donde abundan las leyendas y la magia, sostenidas por los misterios que esconden estos microclimas húmedos, cargados de bruma y nieblas.


Las veintidós especies de árboles,que nos acompañan en el paisaje de la comarca,clasificándolos por el tamaño que pueden alcanzar, son los siguientes:

Macroárboles (más de 24 m de alto)   

Roble albar (Quercus robur)
Castaño (Castanea sativa)
Aliso (Alnus glutinosa)
Fresno de montaña (Fraxinus excelsior)
Arce blanco (Acer pseudoplatanus)
Olmo montano (Ulmus glabra)
Cerezo (Prunus avium)

Mesoárboles (de 12 a 24 m de alto)

Melojo (Quercus pyrenaica)
Abedul (Betula pubescens subsp. celtiberica)
Fresno de hojas estrechas (Fraxinus angustifolia)

Microárboles (de 5 a 12 m de alto)

Avellano (Corylus avellana)
Sauce ceniciento (Salix atrocinerea)
Laurel (Laurus nobilis)
Acebo (Ilex aquifolium)
Madroño (Arbutus unedo)
Saúco (Sambucus nigra)
Peral silvestre atlántico (Pyrus cordata)
Arraclán (Frangula alnus)
Espino albar (Crataegus monogyna)
Endrino (Prunus spinosa)
Mundillo (Viburnum opulus)
Manzano silvestre (Malus sylvestris)


Algunas especies pueden cruzarse, dando lugar a híbridos que dificultan su identificación. Éstos son los casos de Quercus x andegavensis (híbrido de los robles Quercus robur y Q. pyrenaica) y de Fraxinus x oxycarpa (híbrido de los fresnos Fraxinus excelsior y F. angustifolia).

En la lista anterior no figura el serbal de los cazadores (Sorbus aucuparia), pues de momento no se ha localizado, pero no se descarta su presencia en la parte alta de la cuenca porque aparece en las proximidades.

Tampoco se incluyen el nogal (Juglans regia) ni el pino marítimo (Pinus pinaster), por no estar acreditado su carácter autóctono; del mismo modo que el boj (Buxus sempervirens) y el taray (Tamarix spp.), en el caso de los arbustos.


Uno de los numerosos papeles que representan los árboles silvestres es el de proporcionar los frutos que forman parte de la dieta de aves y mamíferos, sin olvidar los insectos y reptiles. Por este motivo es beneficiosa la existencia de una gran diversidad de especies en el bosque, de forma que a lo largo del año siempre exista alguno ofreciendo sus frutos o bayas.




LOS BOSQUES AUTÓCTONOS SON UN BIEN MUY PRECIADO, EL TESORO DE TODOS LOS GALLEGOS. CUIDEMOS LA NATURALEZA.SOMOS PARTE DE ELLA.





Fotos del entorno natural de Perto do Ceo

Salubridad ambiental



Es la disciplina que comprende los aspectos de la salud humana, incluida la calidad de vida y el bienestar social, que son determinados por factores ambientales físicos; químicos, biológicos, sociales y psico-sociales.





Factores ambientales que influyen en nuestra salud


Sabemos que los factores ambientales influyen directamente en la salud de las personas y que, de una u otra manera, el medio ambiente influye considerablemente en más del 80% de los casos de diversas enfermedades graves de carácter respiratorio y cardiovascular. Por ello, es importante identificar y cuantificar cuáles son los principales agentes ambientales que afectan a nuestra salud y cuáles pueden ser modificables de forma urgente. Todo esto, poniendo en práctica las políticas adecuadas y utilizando tecnologías ya disponibles.

Los factores ambientales que influyen en la salud se dividen en tres grupos:

Factores Físicos

Los factores físicos en un sentido amplio engloban las condiciones externas que nos rodean. Contemplan aspectos como la temperatura, la iluminación, el ruido, los olores, etc.… algunos de ellos de origen atmosférico y otros de diversa procedencia. En cualquier caso, son factores que tienen una indudable influencia sobre las personas y que, en ocasiones, pueden afectar negativamente a nuestra salud y comportamiento.

En cuanto a los factores atmosféricos se incluyen la temperatura, precipitaciones, humedad, presión atmosférica, viento, polución… elementos que influyen en nuestro estado físico, intelectual y emocional. 



Temperatura ambiental: con relación a las condiciones térmicas del entorno en el que habitamos. La exposición a temperaturas adecuadas o temperaturas de confort en el ambiente en el que vivimos es de suma importancia para el bienestar y la supervivencia.


Contaminación ambiental: la presencia de contaminantes en el aire que respiramos en determinadas proporciones puede ser muy perjudicial para la salud de las personas. Además, hay que tener en cuenta, que la contaminación produce en cada persona efectos muy diversos en función del tipo de contaminante, el grado de concentración de este y la sensibilidad de cada individuo.


Factores Químicos

En las últimas décadas la producción de sustancias químicas ha ido aumentando de forma progresiva. En la actualidad, los factores químicos son los que más incidencia tienen sobre la salud ambiental. De hecho, decenas de miles de sustancias químicas están en uso en todo el mundo, y solo un mínimo porcentaje de ellas ha sido analizado para descartar sus propiedades nocivas para la salud.

Podemos encontrar compuestos químicos tóxicos en el aire, en el agua, en los alimentos, en los cosméticos, detergentes, ropa y muchos otros productos de uso cotidiano. Estos compuestos pueden penetrar en nuestro organismo a través del sistema respiratorio, del sistema digestivo e incluso por el contacto directo.

Sustancias tóxicas y elementos naturales inorgánicos como el mercurio o el plomo pueden ser inhalados, ingeridos o absorbidos. Esto sucede ya que no solo respiramos por la nariz, sino también los poros de nuestra piel están absorbiendo constantemente las sustancias que nos rodean. Esto hace que vayamos acumulando carga tóxica, y cuando esta sobrepasa los límites aceptables, empiezan a agravarse las enfermedades por la contaminación ambiental.




Factores Biológicos

Entre los factores biológicos se encuentran animales, plantas y microorganismos, es decir, bacterias, los virus, los parásitos, los hongos, levaduras y sus micotoxinas, los vegetales y los alérgenos de origen biológico.

Vistos los tipos de factores que influyen en la salud ambiental, no cabe duda acerca de la importancia del aire limpio como uno de los requisitos básicos para la salud y el bienestar humanos.

La carga de enfermedad debida a la contaminación del aire se concluye con más de siete millones de muertes prematuras que se pueden atribuir cada año a la exposición a las partículas finas contenidas en la contaminación del aire, tanto en espacios abiertos urbanos como en espacios cerrados a causa de la quema de combustibles sólidos y otros contaminantes del aire interior.




La salud ambiental,está directamente relacionada con los factores físicos, químicos y biológicos externos de una persona. Es por ello que el mismo concepto se refiere al área de la ciencia que estudia cómo el medio ambiente y las condiciones ambientales en las que vivimos afectan a la salud y las enfermedades humanas.



¿Que es la electrosensibilidad?




Desde los años cuarenta del siglo pasado se conoce en el ámbito médico la influencia en la salud de determinadas radiaciones no-ionizantes, pero es en las últimas décadas, especialmente desde el despliegue de la gigantesca red de antenas de telefonía móvil, que esta enfermedad silenciada ha llegado a cotas pandémicas.



Desde la aparición de los primeros ordenadores, muchos usuarios sufrieron síntomas anómalos durante su uso y posteriormente. En principio se calificó como un suceso psicológico. Pero pronto se descartó esta hipótesis y se comprobó que un porcentaje de los usuarios padecían una especial reacción nociva que tenía unos mismos síntomas aunque fuesen diversos y se les manifestasen unos u otros individualmente. Inicialmente se comprobaron una serie de sensaciones relacionadas con calor, irritación y sarpullido en el rostro, así como cosquilleo, picores o pinchazos en la piel, sequedad e irritación ocular y las vías respiratorias, dificultad para concentrarse, vértigo, pérdida de memoria y de la orientación, dolores de cabeza, náuseas, fatiga, dolores musculares y articulares, alteraciones cardiacas, síntomas de gripe, sin padecer gripe, etc.



A los afectados por las líneas eléctricas y los transformadores, se fueron uniendo los usuarios de electrodomésticos y nuevas tecnologías, hasta que llegó la gota que colmó el vaso y desencadenó el estallido generalizado de la enfermedad silenciada en el ámbito mundial: la telefonía móvil, y a continuación todas las tecnologías inalámbricas: teléfonos inalámbricos, wifi, etc.





La electrohipersensibilidad es un síntoma de advertencia de que un organismo está llegando al límite de su tolerancia, y que cada vez más personas desarrollan tras un tiempo de exposición a las radiaciones. Sin embargo, otras personas no presentan una sintomatología tan aguda, pero eso no quiere decir que no puedan desarrollar una grave enfermedad como cáncer y muchas otras, tal como iremos viendo, aunque no haya habido síntomas previos.


Sin embargo, aún en la actualidad, tras muchos años de verificación dentro del ámbito de la medicina científica, muchos médicos aún no están familiarizados con la sintomatología de los afectados por los campos electromagnéticos. Esto es debido a la falta de información y al oscurantismo mediático y normativo existente en todo lo relacionado con las radiaciones y sus efectos sobre la salud.

De esta forma, las verdaderas causas que llevan a muchos pacientes a las consultas acaban siendo diagnosticadas erróneamente: “hipocondriacos” y “neuróticos” son algunos de los calificativos de aquellos que padecen una enfermedad puramente orgánica, reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, durante la reunión de la OMS en Ginebra, que se celebró el 13 de mayo de 2011, se creó un subcomité para discutir sobre la sensibilidad química múltiple y la electrosensibilidad, situando a estas dos patologías dentro de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD).

Buena parte de estos síntomas están relacionados, tal como indica un buen número de investigaciones científicas, con una exposición a campos de extremada baja frecuencia y de alta frecuencia, que puede provocar el desencadenamiento o la acentuación de alteraciones en la conducta y síntomas depresivos, estados en los que se encuentran trastocados los ciclos de melatonina y de serotonina.

La modificación de los niveles hormonales de melatonina —provocada por la inhibición de esta hormona ante la exposición a campos electromagnéticos— puede causar, en un principio, trastornos en el sueño, así como también puede ser origen de estados depresivos o desórdenes afectivos. Asimismo, conlleva una reducción de la capacidad intelectual y de trabajo, provocando estrés, ansiedad, fatiga y, en general, trastornos neurológicos y psicológicos que conllevan un elevado riesgo de suicidio, así como enfermedades psicosomáticas como son la úlcera gástrica y ciertas disfunciones sexuales. Asimismo, estas perturbaciones de la glándula pineal se asocian con enfermedades como el cáncer.

En realidad la radiación es la “enfermedad”, que se manifiesta de diferentes maneras: electrosensibilidad y un amplio abanico de síntomas y trastornos orgánicos. De hecho, en estos casos, si no hay radiación, no hay enfermedad.



Todos somos electrosensibles, de la misma forma que todos somos sensibles al arsénico (arsénicosensibles) o a los pesticidas (pesticidasensibles). Sólo que si todos tomamos una misma dosis de arsénico o de pesticidas, unos no notarán en principio nada, otros padecerán síntomas moderados o severos y otros morirán.

¿Cómo se produce la electrosensibilidad?

Actualmente está ampliamente demostrado que los campos electromagnéticos interfieren los procesos biológicos de todos los seres vivos. El número de investigaciones científicas en dosis atérmicas que lo prueban es inmenso. En la actualidad, las investigaciones sobre efectos biológicos de los campos electromagnéticos han dado más de 25.000 publicaciones científicas, según datos de la Organización Mundial de la Salud.

Según los resultados de estos estudios, cualquier fuente emisora de campos electromagnéticos desde bajas frecuencias de líneas eléctricas, transformadores, ordenadores, aparatos eléctricos, etc., a las altas frecuencias de la telefonía móvil, wifi, teléfonos móviles e inalámbricos, etc., puede provocar reacciones orgánicas anómalas de gran repercusión en la persona expuesta, desde malestar general, cambios de comportamiento (depresión, ansiedad, pérdida de memoria, incapacidad para concentrarse…), fatiga crónica, insomnio, fibromialgia, vértigo, náusea, dolores de cabeza, fatiga, presión en el pecho, zumbidos en los oídos, etc.

Las personas con un sistema inmunológico deprimido (enfermos, ancianos…) o en desarrollo (niños) son especialmente sensibles a los campos electromagnéticos y pueden desarrollar trastornos médicos tales como infecciones respiratorias crónicas, arritmias cardiacas, fluctuaciones súbitas en la presión sanguínea, descontrol en el azúcar en la sangre, deshidratación, etc., pero en general cualquier persona puede sensibilizarse si está expuesta de forma intensa y/o prolongada a radiaciones electromagnéticas.


Charles Graham, del Midwest Research Institut de Kansas (Missouri, Estados Unidos), trabajó con voluntarios sometidos a campos eléctricos pulsantes de extremada baja frecuencia generados en su laboratorio. Cada vez que accionaba el campo se constataban variaciones del ritmo cardíaco de tres latidos menos por minuto, cambios en la actividad cerebral, así como pérdida parcial de la capacidad de reacción o del tiempo cronológico, ocasionando un descenso del tiempo de respuesta y una menor capacidad en la ejecución del test propuesto. Todos estos síntomas, desaparecían al eliminar el campo que incidía sobre los voluntarios. Si bien los síntomas pueden remitir una vez cesa la exposición, recordemos que los efectos de los campos electromagnéticos son acumulativos, y con el tiempo pueden aparecer los trastornos que de ellos suelen derivarse.

Cuando la estancia en lugares con elevados valores de radiación electromagnética se prolonga, ocurre una especie de intoxicación y una posterior reacción alérgica a campos electromagnéticos que, en muchos casos, se vuelve crónica y difícil de combatir, dado el alto nivel de polución electromagnética en el cual se desenvuelve la vida de las personas hoy en día, especialmente en los núcleos urbanos.


Incluso otras personas acaban siendo extremadamente sensibles a los campos electromagnéticos, y para eliminar sus trastornos, se ven obligadas a vivir alejadas de antenas de telefonía móvil, líneas de transporte de energía y transformadores eléctricos. Claro que, aun padeciendo un gravísimo problema, han podido acceder a la información para poder adoptar las medidas oportunas al conocer la relación existente entre sus trastornos y la exposición a campos electromagnéticos artificiales. El gran problema de muchas otras personas radica en que no saben de dónde vienen sus dolores y padecimientos. Simplemente se encuentran mal y acuden a un sistema sanitario que tampoco puede darles una respuesta adecuada.

Hay personas que han llegado a tener que vivir en sótanos y en cuevas para evitar los dolores que les generan las radiaciones en su medio ambiente. Son personas perseguidas por las radiaciones y por la ceguera de una sociedad que vive de espaldas a los verdaderos problemas y se deja llevar hacia el abismo por los cantos de sirena de intereses mercantiles. Muchas de estas personas, invisibles para la gran mayoría, sólo pueden salir de sus casas con ropa apantallada e incluso con velo de fibras metálicas para impedir que las radiaciones lleguen a su cuerpo o al menos que se atenúen para ser mínimamente soportables.

Es urgente la creación de zonas de exclusión de radiaciones, donde quienes no deseen estar sometidos a ellas puedan vivir de forma aceptable.


¿Quiénes pueden ser electrosensibles? 


La respuesta a quiénes podemos ser electrosensibles es: todos. De hecho, todos somos electrosensibles. Cierto es que hay distintos niveles de electrosensibilidad. Muchas personas apenas perciben síntomas evidentes, pero otras sienten que cualquier exposición a fuentes electromagnéticas les provoca una inmediata reacción en su organismo, hasta tal punto que llegado un determinado grado de afectación, es realmente difícil revertir los síntomas cuando se está expuesto aunque sea a una dosis mínima.

Cuando se ha permanecido expuesto por largo tiempo a campos electromagnéticos o existe una predisposición natural, la persona se hace muy sensible a las frecuencias a las que ha estado expuesto inicialmente, por ejemplo, a las de las antenas de telefonía. Posteriormente, y a medida que avanza el síndrome, la persona se va haciendo sensible también a otras fuentes emisoras de radiación electromagnética; por ejemplo, frecuencias más bajas, como las de las líneas eléctricas o los transformadores.

Por todo ello, la mayoría de las veces cuando el paciente electrosensible entra en una consulta médica con una serie de síntomas más o menos precisos, se le envía de un especialista a otro dando palos de ciego. En esta situación, no se encuentra la causa y se trata al paciente de diferentes síntomas sin lograr atajar la causa, y la persona va viendo cómo se agravan sus trastornos al no dar con la prevención, el entorno y los hábitos adecuados.

El paciente acude al médico en busca de una solución a sus trastornos del sueño, a la fatiga crónica, a sus cambios de comportamiento, ansiedad, estrés, depresión o infecciones recurrentes y no encuentra una solución efectiva, y tras ir de terapia en terapia, acaba siendo tratado como si padeciese trastornos psicosomáticos, y su entorno empieza a verle como un hipocondriaco o un indolente, y empieza a tener problemas con el trabajo, los estudios o las relaciones sociales.

Hay personas electrosensibles, que progresivamente se van sensibilizando a las radiaciones, y personas hiperelectrosensibles, a las que cualquier dosis por pequeña que sea les afecta de forma insoportable. Tanto es así, que se han dado casos de suicidio debido a la falta de reconocimiento de su problemática por parte de los responsables sanitarios y políticos, que hubiesen podido solucionar el problema con la aplicación de terapias paliativas dentro del sistema médico, con la reducción de los elevados valores actuales en el medio ambiente y con la creación de zonas limpias de radiaciones.

Es obvio que la electrosensibilidad no está relacionada de forma alguna con trastornos psicosomáticos, psicológicos o psiquiátricos. Aunque sí es cierto que sufrir electrosensibilidad conlleva una reducción de la calidad de vida, tanto en el aspecto físico como emocional. Actualmente, según diferentes fuentes, incluyendo a la Organización Mundial de la Salud, se considera que la tasa de personas electrohipersensibles en los países industrializados se acerca al cinco por ciento de la población y que va aumentando exponencialmente. Sin embargo, el número de personas electrosensibles es muy superior. Según las conclusiones que he podido obtener durante años de estudio e investigación, puedo asegurar que actualmente el cien por cien de la población es electrosensible.

Lo único que hay que evaluar es el grado de electrosensibilidad. Es obvio que en una primera fase la mayoría de nosotros no notamos ningún síntoma evidente, otros sienten trastornos pasajeros, y según el doctor Joaquim Fernández Solá, Coordinador de la Unidad de Fatiga Crónica del Hospital Clínico de Barcelona, el número de españoles que manifiestan una sensibilidad a los campos electromagnéticos, con síntomas como reacciones de la piel, dolor en el pecho, pérdida de memoria, mareos, acúfenos, náuseas, nerviosismo, ansiedad, cansancio o dolor de cabeza podría llegar a cuatro millones.

Partiendo de esta evidencia, y debido a los mecanismos fisiológicos que desencadenan esta enfermedad, podemos asegurar que todos somos electrosensibles en mayor o menor medida. Es realmente notable, y al mismo tiempo revelador, que una de las agresiones a la salud más extendidas en el mundo moderno y que es una de las más potentes copromotoras de muchas enfermedades, sea al mismo tiempo la más desconocida por la sociedad en general. La línea entre una persona aparentemente no sensibilizada a las radiaciones y una reconocida como electrosensible es realmente fina, al igual que entre una electrosensible y una electrohipersensible. La diferencia, en estos últimos casos, radica en que la vida de los afectados se vuelve un verdadero tormento al no poder encontrar apenas lugares libres de radiación. Las cifras de afectados que se barajan oficialmente están obsoletas y no tienen en cuenta más que los casos extremos de personas que no pueden vivir en un entorno en el que haya una mínima dosis de radiación artificial.


El Observatorio de la Contaminación Electromagnética de Estados Unidos afirma que el porcentaje de la población estadounidense que padece electrosensibilidad es de un 10%. En Europa las cifras que se manejan oficialmente en distintos países, caso de Suecia, comienzan a acercarse a ese porcentaje, aunque en España las autoridades políticas y sanitarias mantienen un silencio absoluto, como si el problema no existiese, y más cuando estos porcentajes se elevan peligrosa y progresivamente. Precisamente por ese silencio sanitario y la falta de reconocimiento político de la problemática, multitud de enfermos están siendo tratados erróneamente, con el riesgo que esto supone para su salud y el gasto sanitario innecesario que conlleva, especialmente en el ámbito de la fibromialgia, fatiga crónica, trastornos del comportamiento y del sueño, etc.

Aunque todos somos electrosensibles, hay un porcentaje de la población que presenta síntomas inmediatos y evidentes ante la exposición a campos electromagnéticos. En el ámbito científico se estima que este porcentaje es superior a un 10%. La Declaración de París consideraba en el 2007 que las poblaciones vulnerables equivalían entonces a un 40-50% de la población total. Los especialistas y expertos aseguran que estos porcentajes pronto se elevarán, y que más de una cuarta parte de la población estará altamente electrosensibilizada, y que para el 2020 la mayoría de la población padecerá no sólo los riesgos inherentes de contraer determinadas enfermedades y trastornos en un plazo medio o largo, sino que de forma instantánea sentirá en su organismo cada nueva exposición en diferentes formas: mareos, pérdida de concentración, decaimiento y malestar general, enrojecimiento de la piel, eccemas, alergias frecuentes, sensación de escozor, picor, sequedad de las vías respiratorias superiores o irritación de los ojos, sensación de gripe, inflamación de las mucosas, indigestión y trastornos intestinales, alteraciones en la temperatura corporal, calor anormal o quemazón, dolores musculares, sensación de hormigueo y parestesias, inflamación de nódulos linfáticos, problemas gastrointestinales y renales, dolores de dientes y mandíbula, etc.


En Suecia, la cifra oficial de afectados asciende a 290.000, aunque la cifra real es mucho mayor, al igual que en nuestro país. En España aún no existe este reconocimiento oficial de la electrosensibilidad. Sin embargo, en España los juzgados van por delante de las leyes, y en el año 2011 reconocieron la incapacidad laboral permanente de una trabajadora por hipersensibilidad electromagnética y ambiental. De hecho, Suecia ha sido el primer país en reconocer la electrosensibilidad como enfermedad laboral y, por tanto, como motivo de baja laboral por invalidez física.

Gracias al trabajo del neurocientífico sueco Olle Johansson y su equipo del reputado Instituto Karolinska de Estocolmo, la electrosensibilidad ha sido reconocida oficialmente en Suecia como una discapacidad, e incluso se dan ayudas económicas a los afectados para que apantallen sus casas de los campos electromagnéticos.

Aun así, en el ámbito sanitario no es fácil aceptar esta enfermedad, ya que ningún tratamiento puede tener éxito a menos que el paciente evite estar expuesto a la causa de su enfermedad, y por desgracia esta causa hoy en día se encuentra prácticamente en cualquier lugar. Lo que en otros países está claramente tipificado como una enfermedad relativa a la exposición a campos electromagnéticos, en España se trata a los afectados (cuando se les trata) de las más diversas dolencias, como es la fibromialgia o el síndrome de fatiga crónica con las que comparte un amplio abanico de síntomas. Aunque una persona que padezca fibromialgia o síndrome de fatiga crónica tiene altas probabilidades de que sus padecimientos estén relacionados con la exposición a radiaciones artificiales.

Dentro de la medicina sanitaria, hay que considerar las características de cada organismo: en el caso humano los niños son más susceptibles debido al modo en que absorbe su cuerpo la radiación y a los efectos que en él se producen.

A la vista de los resultados de los estudios científicos, se constata que los niños son especialmente sensibles a la exposición electromagnética artificial. Habría que evaluar el nivel de riesgo al que están sometidos en las escuelas y guarderías, y buscar las soluciones oportunas, para reducir al máximo las dosis que reciben.

Quizás esta sensibilidad especial de los niños a las radiaciones electromagnéticas, derive de la mayor velocidad en la división celular durante las etapas del desarrollo orgánico, lo cual favorece la acción mutágena y el posterior desarrollo tumoral, especialmente cuando están expuestos a la acción de dichos campos electromagnéticos.

Por lo que podemos afirmar que los niños son hipersensibles a los campos electromagnéticos. Las mujeres parecen tener una mayor predisposición a padecer efectos adversos ante las radiaciones y la toxicidad química. Concretamente, según el estudio “Las propiedades eléctricas medidas en tejidos humanos normales y malignos de 50 a 900 MHz” de Joines, Zhang, Chenxing y Jirtle, en 1993, los tumores de cáncer de mama son especialmente sensibles a las microondas porque las células tumorales de mama absorben la radiación de radiofrecuencia mucho más que otros tipos de cáncer de células o tejidos sanos.

Evita los emisores,escapa de ellos,toma las medidas oportunas...

Algo sobre la Bioconstrucción




La Bioconstrucción es una disciplina dentro del mundo de la arquitectura y de la edificación que busca la integración del edificio en el entorno. Para ello es necesario conocer como funcionan las leyes de la naturaleza y conseguir el mínimo impacto. Se eligen técnicas constructivas adaptadas al entorno, paisaje y sociedad donde se implanta. Y estas envolventes generan espacios interiores que se convierten en la tercera piel del individuo, con lo que debe cumplir las mismas funciones que este tejido protector de nuestro organismo. 

Dadas las múltiples ciencias que interviene, la Bioconstrucción hay que enfocarla de una forma holística, en el que el todo es más que la suma de cada una de sus partes. Así, los puntos más importantes que la definen son:

Materiales naturales

Los materiales deben ser lo más naturales posibles y menos adulterados, poco manufacturados y que pertenezcan al lugar. Los preocesos de extracción, manipulados, transporte y colocación deben ser respetuosos con el entorno y tener un Analisis de Ciclo de Vida (ACV) conocido. Pueden ser de carácter estructural como la madera o la tierra, formar parte de la envolvente, como los muros de adobe o tapia o de paja, con acabados como los revocos de barro o los enfoscados con cal o techos vegetales para cubiertas y con materiales aislantes tales como paja, lana de oveja, corcho, fibras de madera...


Sostenibilidad

Por definición la bioconstrucción es sostenible, porque guarda un equilibrio entre los aspectos ambientales y económicos (haciéndola viable), los económicos y sociales (haciéndola justa) y los sociales y ambientales (haciéndola soportable) para el sistema que la sostiene. Los sistemas constructivos elegidos y los materiales que la conforman, provienen de fuentes renovables y próximas, minimizando la emisión de gases de efecto invernadero y el uso de energía combustibles fósiles. Un proyecto de bioconstrucción tendrá en cuenta el entorno y el clima, los ocupantes y la sociedad en la que viven, la economía. Será más eficiente y confortable, consumirá menos recursos y creará marcos de relación justos y equitativos. 


Colaboración
La bioconstrucción también es colaborativa, fomentando proyectos participativos donde se combinan técnicas tradicionales con sistemas de construcción alternativos. Donde la toma de decisiones se realiza de manera transversal, comunicativa y participativa y no vertical e impuesta. Donde la prioridad no es la maximización de beneficios puramente moneratarios sino que se busca la integración y desarrollo justo de la sociedad y entorno en la que se implanta.


 
Bienestar

La bioconstrucción es salud y confort, entendidos como el equilibrio entre la calidad del aire interior, sin emisiones contaminantes de origen físico, químico o biológico, con superficies higroscópicas que al igual que nuestra piel permiten que estas respiren sin dejar entrar el agua o el aire, confortables en el aspecto térmico, lumínico, acústico y espacial. Espacios bien proporcionados, con un estudio de la ergonomía y la utilidad a medida de las personas, en la que puedan poder desarrollar toda creatividad y potencial.





Que es la Bioconstrucción?




Reciben el nombre de bioconstrucción, los sistemas de edificación o establecimiento de viviendas, refugios u otras construcciones, realizados con materiales de bajo impacto ambiental o ecológico, reciclados, reciclables o extraíbles mediante procesos sencillos y de bajo costo como, por ejemplo, materiales de origen vegetal y biocompatibles y que no supongan toxicidad alguna para las personas y el medio ambiente.

¿QUÉ ES LA BIOCONSTRUCCIÓN?

La bioconstrucción consiste en construcciones ecológicas y sostenibles. De construir sin contaminantes. Con materiales naturales, reciclables o reciclados.
Materiales que transpiren y cuyos interiores se renueven de forma natural. Que siempre hayan estado en el entorno y que en caso de demolición puedan utilizarse en otros sitios sin dejar apenas huella en la zona.

Es construir con sentido común, volver a como se construía hace años y como se sigue construyendo tradicionalmente en muchos pueblos o aldeas. No se trata de dar la espalda al siglo XXI. Se trata de usar todos esos conocimientos de este siglo para construir como nunca usando los materiales y recursos de siempre.

Los materiales naturales cuanto menos tratados sean más sanos y ecológicos resultarán. Algunos materiales naturales como la madera, con algunos tratamientos (ciertos barnices o pinturas) puede introducir tóxicos a la construcción. Otros materiales naturales como la arcilla, en procesos de cocción emiten gran cantidad de gases a la atmósfera.


Los materiales naturales se pueden utilizar en prácticamente todas las partes de la construcción. Siendo para estructura, cerramientos y aislamiento, las zonas más comunes de aplicación. Hay materiales que pueden cumplir estas 3 funciones a la vez, como las balas de paja y la madera, entre otros. Aunque el aislamiento nos sea su mayor virtud de la madera.

Aunque probablemente no hayas oído hablar de ellos, hay muchos materiales aislantes naturales. Estos tienen una gran capacidad aislante, con grosores reducidos. Si bien el uso de estos materiales no está tan extendido es probablemente por el desconocimiento y porque son algo más caros que los aislantes convencionales.

Los materiales que usamos normalmente en la construcción pueden contener elementos tóxicos como es el caso de la lana de roca, que a pesar de ser un material natural se le añade formaldehído que es cancerígeno. Otros materiales generan grandes emisiones de gases a la atmósfera durante su proceso de fabricación o transformación. Y bastantes materiales son derivados del petróleo.
Por lo que el uso de materiales aislantes naturales es una opción muy interesante ya que colaboran a conseguir la construcción de una casa sana.


¿QUÉ ES UNA CASA SANA?

Una casa sana es una construcción libre de tóxicos y sustancias dañinas para nuestra salud. En la mayoría de los casos, no somos conscientes de la cantidad de elementos perjudiciales para nuestro bienestar a los que estamos expuestos.
Estos elementos están presentes en la gran mayoría de las casas que habitamos. En gran medida por desconocimiento, tanto de técnicos como de usuarios.

Somos conscientes de la contaminación que existe en las ciudades y en determinados alimentos. Pero no nos podemos ni imaginar lo perjudiciales que pueden ser algunos de los materiales y objetos que nos rodean.

Una casa sana es una vivienda con buena calidad del aire. Que se ha construido en lugares sin gases perjudiciales como el radón o en zonas sin geopatías. Una casa en la que se ha elegido con mucho cuidado los materiales que se utilizan para su construcción, los barnices y pinturas de sus acabados y el aislamiento utilizado.


¿CÓMO PUEDO CONSEGUIR UNA CASA SANA?

Una casa sana se puede conseguir con el uso de materiales naturales.
También con el uso de energías renovables, una ventilación cuidada y controlada. Se puede utilizar materiales naturales de todo tipo.Como madera, piedra,barro cocido, tapial,adobe, arcilla, paja, tierra cruda,tierra cocida,ladrillos cocidos de diversas clases,bloque de tierra comprimida,biohormigón,fibras vegetales, bambú, balas de paja,guadua,encofrados de cal y cañamiza,entramado ligero de madera. Y también reutilizar otros que no tengan componentes tóxicos o perjudiciales para la salud.

MITOS SOBRE LA BIOCONSTRUCCIÓN

En torno a la bioconstrucción existen muchos mitos, y como te imaginarás no todos ellos son ciertos. El cuento de los 3 cerditos ha hecho mucho daño, eso sin duda, pero ya va siendo hora de cuestionar los paradigmas de los cuentos infantiles.

Estos mitos dependerán del tipo de material del que hablemos. Pero vamos a ver de forma breve los mitos más comunes.

LA DURABILIDAD

La arquitectura tradicional siempre ha utilizado los materiales de los que dispone en su entorno inmediato. En el norte de Europa las construcciones de madera. En Asturias se utiliza la piedra para los muros y las pizarra para sus cubiertas. En África y Sudamérica se usa el barro, tapial o adobe. En las zonas tropicales las construcciones de bambú.

Y después de cientos de años siguen en pie. Por tanto, este mito se cae por su propio peso.


LA RESISTENCIA AL FUEGO

Este mito afecta  sobretodo al uso de la paja y de la madera.

A diferencia de lo que mucha gente cree, la madera resiste mejor al fuego que otros materiales como el acero.  Como la madera se utiliza para calentar los hogares se asocia a poca resistencia al fuego. Cuando en realidad un tronco antes de que se reduzca a cenizas tienen que pasar muchas horas.

La madera para empezar a arder necesita temperaturas superiores a los 300ºC durante periodo de tiempo. La madera que se va carbonizando actúa como barrera protegiendo las capas interiores, por lo que la capacidad portante de la madera se mantiene prácticamente intacta. Puedes consultar más sobre esto aquí.

En cambio, en el acero el calor se transmite de forma muy rápida por su capacidad de conducción.El acero a los 400ºC ha disminuido su capacidad resistente un  15-25%  y a los 800ºC prácticamente su resistencia es nula.

Como dato te puedo decir que cuando los bomberos tienen que entrar para evacuar un edificio en caso de incendio, una de las primeras cosas que analizan es el tipo de estructura del edificio. Si se trata de una estructura de madera lo hacen sin pensárselo 2 veces. En cambio si se trata de una estructura metálica lo tienen prohibido a no ser que el incendio se acabe de producir, ya que la estructura puede colapsar en cualquier momento.

En cuanto a la paja su resistencia al fuego es más elevada, porque al estar compactada la presencia de oxigeno es muy reducida. La presencia de oxígeno es necesaria para que un material arda. Esto hace que sea mas resistente que otros materiales convencionales, como por ejemplo el ladrillo. 


LA RESISTENCIA A LA HUMEDAD

Si la madera se comportase mal frente a la humedad, ¿por qué las estructuras marítimas se fabrican con estos materiales? Embarcaderos, barcos, puentes que están constantemente en contacto con el agua se realizan con este material.

En el caso de la paja, si que es cierto que la resistencia a la humedad es baja. Pero se puede proteger evitando el contacto con el suelo, cubriéndola con voladizos y protegiéndola con revestimientos naturales y transpirables. Esto además es muy interesante para protegerla frente a los roedores. Lo mas común es revestirla con cal o arcilla.

BAJA CALIDAD

Los productos ecológicos se someten a mayores pruebas que los materiales convencionales para asegurar su calidad y comportamiento adecuado.

Que sean proyectos con mano de obra local y sistemas constructivos mas sencillos no significa menor calidad. Podemos ver a nuestro alrededor construcciones de piedra, madera, barro o paja con más de 100 años y que se conservan perfectamente.

Las balas de paja solucionan la envolvente y actúan como  gran aislamiento térmico. Interior fresco en verano y cálido en invierno.

La ventana con orientación sur mejora la ganancia de calor a través del sol. Una pequeña ventana en el lateral permite ventilación cruzada de los espacios.
Para proteger las balas paja se usa el sentido común. Se extiende el tejado en voladizo  y la casa se levanta del suelo.

Las balas de paja ayudan a conseguir eficiencia energética, al ser una estructura flexible tiene muy buen comportamiento ante sismo. Las balas de paja se pueden reutilizar y ayuda a dar un nuevo uso a cantidades de paja que no se llegan a utilizar. Son transpirables. Permiten una ventilación natural.


Resumiendo...Naturalízate con Perto do Ceo



RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL




La Responsabilidad Social Empresarial (RSE): Es la contribución al desarrollo humano sostenible, a través del compromiso y la confianza de la empresa hacia sus empleados y las familias de éstos, hacia la sociedad en general y hacia la comunidad local, en pos de mejorar el capital social y la calidad de vida de toda la comunidad.


El objetivo principal de la responsabilidad social empresarial es que el impacto positivo que causan estas prácticas en la sociedad se traduzca en una mayor competitividad y sostenibilidad para las empresas. Así, ser responsable socialmente generará automáticamente más productividad, puesto que una mejora en las condiciones para los trabajadores optimizará también su eficacia.



La responsabilidad social empresarial se focaliza, en tres vertientes: cuidado al medio ambiente, a las condiciones laborales de sus trabajadores y apoyo a las causas humanitarias.

La responsabilidad social empresarial es una herramienta de ventajas en la calidad de sus trabajadores. Con esta actividad se puede crear lazos y lograr un buen clima laboral, cosa que es muy importante en la producción. Si los empleados se sienten a gusto en su trabajo, los resultados serán positivos.


La RSE puede influenciar positivamente la competitividad de las empresas de las siguientes formas:
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Mejora de los productos y/o procesos de producción, lo que resulta en una mayor satisfacción y lealtad del cliente.

Mayor motivación y fidelidad de los trabajadores, lo cual aumenta su creatividad e innovación.

Mejor imagen pública, debido a premios y/o a un mayor conocimiento de la empresa en la comunidad.

Mejor posición en el mercado laboral y mejor interrelación con otros socios empresariales y autoridades, mejor acceso a las ayudas públicas gracias a la mejor imagen de la empresa.

Ahorro en costes e incremento de la rentabilidad, debido a la mayor eficiencia en el uso de los recursos humanos y productivos.

Incremento de la facturación/ventas como consecuencia de los elementos citados.

Resumiendo...Responsabilidad